viernes, 16 de octubre de 2009

La generación perdida

La semana pasada me topé con un artículo de The Business Week llamado "The Lost Generation". En él, el autor Peter Coy relata cómo el desempleo de 18% está causando uno de los mayores daños en las carreras profesionales de los jóvenes entre 16 y 24 años de edad. Para quienes recién están empezando sus carreras el daño puede ser profundo y de larga duración, creando de esta manera una especie de 'generación perdida'.

De acuerdo con el artículo, estudios hechos indican que este tipo de situación lleva a la depresión, estrés y problemas mentales relacionados con el trabajo (como en el caso de los japoneses). Esto es debido a que los jóvenes empleados, sin muchas posibilidades de progresar profesionalmente, no se sienten realizados en sus puestos.

Ilustración: The Business Week

Como se puede apreciar en la ilustración anterior, los números no son alentadores. En tiempos de crisis las empresas buscan maneras de reducir sus gastos. Es por ello que se han dado grandes recortes de personal desde fines del año pasado. Yo pensaba que muchas empresas despedían, no solamente a los que no rindieron, sino también a los ejecutivos de edad que ganaban altos sueldos para contratar ejecutivos más jóvenes con menores pretensiones económicas. No obstante, esta figura no ocurre en Japón, donde las empresas prefieren retener a los empleados con señoría debido a su experiencia más allá de su productividad.

Es sabido que los 'huecos' o espacios de tiempo vacíos en un CV no son muy bien vistos. Una amiga me comentó hace algún tiempo que estar en el mercado te hace atractivo. Si dejas un trabajo, debes inmediatamente comenzar otro para mantenerte vigente y atractivo para las empresas. En cambio, cuanto más tiempo tengas de desempleado, menores serán las posibilidades de encontrar un buen empleo después del anterior.

Es por ello que, ante la crisis financiera que golpeó al mundo, muchos profesionales han decidido volver a las universidades para optar por algún grado más que les permita obtener nuevos conocimientos y aprender nuevas habilidades que les permitan cambiar de carrera o avanzar en sus carreras profesionales. Por lo menos, de esta manera, es posible justificar los vacíos en sus CVs. El objetivo es conseguir, de no ser posible un empleo directamente, al menos unas prácticas profesionales luego de culminados sus estudios, porque de esta manera ya tendrían un pie en la puerta de una empresa.

Estoy a punto de pertenecer a esta generación perdida y no me gusta para nada la idea. No quiero que mi vida gire solamente entorno al trabajo y al dinero. Aunque confieso que prefiero tener dinero y no tener que trabajar, pero este anhelo es en estos momentos irreal. Quiero vivir libremente y hacer lo que me dé la puta gana, pero sin tener que valerme de falsos oportunismos a costa de otros. Es verdad que es la ley de la vida competir para sobrevivir, pero yo prefiero vivir sin ser egoísta.

Mi sentir está expresado en este video que justamente está dedicado a la posible generación perdida. Fue creado para un concurso del AARP U@50 y ocupó el segundo lugar.



¿Otra opinión? No hay problema. Aquí hay otra.

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