El 23 de septiembre de 1983, en plena Guerra Fría, un hombre llamado Stanislav Petrov, teniente coronel del ejército de la Unión Soviética, estaba a cargo del monitoreo de los satélites soviéticos que estaban sobre los Estados Unidos en busca de alguna señal de acción militar no autorizada.
La situación era especialmente tensa debido a que el 1 de septiembre de ese mismo año, los soviéticos derribaron por error una nave coreana, matando a 269 civiles entre los cuales se encontraba un congresista estadounidense. La Unión Soviética pensó que los Estados Unidos lanzarían un ataque con misiles en cualquier momento y que ellos estarían forzados a responder con su propia artillería de armas nucleares.
Petrov se encontraba ese día trabajando a doble turno en un búnker secreto debido a que un oficial se encontraba enfermo cuando de pronto la pantalla que tenia en frente comenzó a brillar con un rojo intenso. Segun Petrov, "el sonido de la alarma era tan fuerte que podía revivir a un muerto de su tumba".
De acuerdo al sistema, los Estados Unidos habían lanzado cinco misiles en simultáneo que, en ese momento, iban directo a la Unión Soviética. Lo único que tenia que hacer Petrov era presionar un botón rojo que tenía en su escritorio para iniciar un ataque masivo con todo su poderío nuclear.
A pesar de que la atmósfera en el lugar era caótica, Petrov, entrenado como científico, se tomó un tiempo para analizar los datos cuidadosamente antes de tomar una decisión. Se dio cuenta de que, si los Estados Unidos lanzaban un ataque, era muy poco probable de que lo hicieran con tan solo cinco misiles a la vez. Y cuando estudió el radar de tierra del sistema, no pudo encontrar evidencia de misiles.
Intuía que había algo raro en el sistema. Por suerte, nunca llegó a presionar ese botón rojo. Sus instintos le dieron la razón después y que se trataba de una falla del sistema. Gracias a que mantuvo la calma, se evitó una guerra nuclear y millones de vidas fueron salvadas.
Desafortunadamente, las cosas no fueron tan buenas para Petrov. Avergonzados de sus propios errores y molestos porque Petrov rompió el protocolo militar, el ejercito soviético lo forzó a un retiro temprano con una pensión de $200 al mes. El acto heroico de Petrov se mantuvo en secreto hasta que un libro publicado en 1998 por uno de los oficiales que fue testigo de su valor esa noche terrorífica.
Desde la población del libro, Petrov fue honrado y galardonado por las Naciones Unidas con el Premio de Ciudadano del Mundo. Incluso se llego a hablar de otorgarle el Premio Nobel. Pero el científico ruso solo se limitó a decir para el documental The Red Button & the Man Who Saved the World: "Yo simplemente era la persona correcta en el momento correcto, eso fue todo".
Fuente: Kathryn Hawkins en DivineCaroline
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