Muchas personas se vieron afectadas por la receción y por ende se vieron obligados a dejar de pagar sus deudas contraídas. Eso no es ninguna novedad; la novedad es la forma que fue ideada para presionar a los deudores para que paguen sus deudas.
En España los cobradores están apelando a un curioso enfoque para obtener el dinero adeudado: la humillación pública. Por tal razón, la compañía "El Cobrador del Frac" comenzó a enviar agentes cobradores vestidos con traje negro para que sigan a los deudores a donde vayan. Así mismo, la empresa "Cobradores del Monasterio" ha estado enviando a agentes vestidos de monjes.
No es necesario ni el contacto físico ni verbal con el deudor, solamente es hacer saber a todo el mundo que fulanito debe dinero. Existe una línea entre la persuación y la amenaza o invasión de espacio. Por eso, el gobierno ha decidido pasar una ley para terminar con las humillaciones públicas.
Personalmente, a mi no me gustaría para nada que alguien esté siguiéndome como una sombra de esa manera. Con la nueva ley del gobierno español, esta situación no se daría en el caso hipotético que yo viviese endeudado en España. Ahora, la pregunta que lanzo es: ¿quién es el humillado, el cobrador o yo?
Personalmente, a mi no me gustaría para nada que alguien esté siguiéndome como una sombra de esa manera. Con la nueva ley del gobierno español, esta situación no se daría en el caso hipotético que yo viviese endeudado en España. Ahora, la pregunta que lanzo es: ¿quién es el humillado, el cobrador o yo?
Información adicional: Postcard: Barcelona.
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