El pasado 11 de setiembre se cumplió el noveno aniversario del fatídico día en el que dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York dejando cerca de 2800 muertos.
Los científicos todavía siguen investigando el impacto a largo plazo en la salud de los sobrevivientes y quienes estuvieron expuestos al humo, polvo, gases, etc. Hasta ahora, los resultados son los siguientes:
Daño en los pulmones: Bomberos y personal de emergencia expuestos al polvo de las torres experimentaron un decremento en la funcionalidad de los pulmones equivalente a doce años.
Salud mental: Uno de cada ocho rescatistas desarrollaron desórdenes postraumáticos tres años después del desastre. Uno de cada ocho habitantes de la parte sur de Manhattan desarrollaron los desórdenes luego de dos o tres años de los ataques terroristas. Los más afectados son los que presenciaron las muertes violentas y los que se quedaron atrapados en las nubes de polvo.
Otros problemas de salud: Los trabajadores y residentes expuestos al polvo y al humo reporaton frecuentemente dolores de cabeza años después.
Trauma secundario: Oír repetidamente las historias de las víctimas causó un serio estrés psicológico en los trabajores clínicos.
Más allá de Nueva York: El miedo al terrorismo continúa afectando la salud mental de los ciudadanos estadounidenses. Las creencias negativas y los miedos fueron asociados con un incremento en los niveles de depresión, ansiedad, hostilidad, estrés postraumático y alcoholismo.
Aún por verse: Impacto en la salud de niños y adolescenetes, tasa de mortalidad y la relación entre los ataques del 11 de setiembre con enfermedades de larga duración.
Fuente: Miami Herald.
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