La primera vez en mi vida que armé un cubo mágico fue cuando tenía once años con ayuda de una profesora de matemáticas: me sentía un genio. Muchos años después, para ser más preciso, en el 2008, encontré un archivo pdf con la solución. Logré armarlo en media hora la primera vez en uno de esos turnos de guardia en los que no había mucho trabajo y de allí en unos 15 minutos cuando me familiaricé con las instrucciones: me sentía un genio. La última vez que cronometré el armado de un cubo mágico fue durante mis primeros días del MBA porque armarlo era parte del primer curso que llevé. Habré demorado entre 8 y 10 minutos en promedio y, para variar, me seguía sintiendo un genio.
Debo confesar que fue una muy buena manera de impresionar a mis amigos. En vivo o vía cámara web, no importaba: me sentía más genio que nunca.
Sin embargo, ayer vi un robot que lo arma en 37 segundos... ya no me siento genio :(
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